Discurso especial de S.E. el Sr. Taro Aso, Primer Ministro del Japón, en ocasión de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial“Mis prescripciones para reactivar la economía mundial”
Centro de Congresos, Davos, Suiza ,31 de enero, 2009
Profesor Schwab, Fundador y Presidente Ejecutivo,Señoras y Señores,
Introducción
La economía mundial enfrenta, en este momento, una crisis de las que suele decirse que ocurren una vez en un siglo. Desearía compartir hoy con ustedes mis ideas acerca de lo que el mundo debería hacer y el papel del Japón dentro de ese contexto.
Mi convicción
Tengo una fuerte convicción: la búsqueda de la prosperidad económica y la democracia llevará a la paz y la felicidad. (Paz y felicidad a través de la Prosperidad y la Democracia). Ése es el camino que Japón ha seguido desde la Segunda Guerra Mundial. La prosperidad económica da lugar a una nueva clase media, que luego desea una libertad aún mayor, democracia y paz. Muchos países de Asia también recorrieron ese camino. Lo que sobrevino luego fue un tremendo crecimiento económico y una expansión de la democracia, aun cuando el nivel de esta última difiera de un país a otro. Me enorgullezco de que, al apoyar los esfuerzos de los países asiáticos, Japón haya desempeñado un papel significativo en estos acontecimientos. Como consecuencia de estas experiencias exitosas, la política exterior del Japón pasó a tener como eje central la noción de que “la búsqueda de la prosperidad económica y la democracia conducirá a la paz y la felicidad”.
Hace dos años, cuando me desempeñaba como ministro de relaciones exteriores, elaboré el concepto de “Arco de Libertad y Prosperidad”. También este concepto ilustra la determinación que tiene Japón de respaldar las iniciativas de los países que aspiran a tener economías de mercado y democracia, y de recorrer el camino hacia la prosperidad junto a dichos países.
Señoras y señores,
La primera de mis prescripciones: Medidas para solucionar la crisis financiera
La prosperidad económica se ve acosada por problemas en todas partes del mundo. La crisis financiera actual ha puesto en evidencia que hay mucho por mejorar en los mercados financieros como mercados.
La Cumbre sobre los Mercados Financieras y la Economía Mundial se llevó a cabo en Washington DC, en noviembre último. Sobre la base de las experiencias de Japón, en esa oportunidad defendí la necesidad de una rápida eliminación de los créditos incobrables de las entidades financieras y también de inyecciones de capital utilizando fondos públicos. Además, anuncié que Japón estaba dispuesto a aportar un crédito equivalente a un mínimo de U$S 100.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), bajo la convicción de que es imperativo garantizar una liquidez centrada en el dólar estadounidense para los países medianos y pequeños así como para las economías emergentes. Me alegraría que las naciones y los países productores de petróleo con abundantes reservas en moneda extranjera se sumaran a estos esfuerzos. Aún hoy sigo convencido de esto.
La segunda de mis prescripciones: Realizar esfuerzos para fortalecer la salud y la fuerza de la economía mundial
Sin embargo, además de éstos que podríamos llamar “primeros auxilios de emergencia”, también es necesario mejorar la salud de la economía y aumentar su fuerza.
La reformulación de las reglas del mercado
En primer lugar, la reformulación de las reglas del mercado. Se trata, al mismo tiempo, de una iniciativa para restablecer la racionalidad económica con un equilibrio entre competencia y regulación. Hace ya cierto tiempo que estoy instando a introducir un sistema de supervisión para los mercados financieros, la regulación de las calificadoras de crédito y la clarificación de las normas de contabilidad “mark-to-market” (valuación por valor de mercado) que deben aplicarse en épocas de alta volatilidad en los mercados. En vísperas de la Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial que se celebrará en Londres en abril, es importante que haya una firme implementación del Plan de Acción convenido que incluya estos puntos.
Evitar un vuelco al proteccionismo
Al mismo tiempo, un requisito previo importante para superar la crisis es que el flujo del comercio y la inversión no se vea inhibido. También las empresas exportadoras del Japón se encuentran atrapadas en circunstancias económicas severas. Sin embargo, de conformidad con las lecciones de la Gran Depresión de 1929, combatiremos resueltamente cualquier tipo de proteccionismo. También actuaremos en cooperación con otros países para la rápida conclusión de las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Paliar el desequilibrio global y ampliar la demanda interna
A continuación, me gustaría referirme a cómo remediar el desequilibrio global. Nuestras economías reales han sufrido de manera considerable. Para volver a encauzar la economía en una trayectoria de crecimiento estable, uno de los imperativos es corregir el desequilibrio global que ha surgido debido al consumo excesivo en los Estados Unidos y a la demanda interna insuficiente en otros países, particularmente aquellos con superávits en sus balances globales. Los países deben abandonar su dependencia de la demanda externa. En el último año y medio, el yen es la moneda que más valor ha adquirido entre las mayores divisas. Cada país debe mejorar la demanda interna y alcanzar un crecimiento auto-sustentable, de acuerdo con sus circunstancias individuales. Estoy absolutamente seguro de que el restablecimiento de la vitalidad en la economía japonesa, la segunda del mundo, es el máximo deber de Japón.
Las contramedidas económicas de Japón
A tal fin, decidí poner en marcha un plan de estímulo económico en una escala de aproximadamente 75 billones de yenes (equivalentes a U$S 840 mil millones). Nuestras medidas fiscales por sí solas alcanzan alrededor de 12 billones de yenes (equivalentes a U$S 135 mil millones), correspondientes a un 2%, aproximadamente, del PBI del Japón. En situaciones en las que los fondos del sector privado no van a la inversión en equipamiento pese a que las tasas de interés están reducidas prácticamente a 0%, son necesarios estímulos fiscales del Estado. Esta es la lección que aprendimos de la crisis monetaria asiática en los años ’90. Circunstancias económicas aberrantes requieren respuestas excepcionales. Esa es la experiencia del Japón de la década de 1990.
La economía asiática
Asia tiene un potencial mayor que cualquier otra región del mundo, con alrededor del 40% de la población mundial y una tasa de crecimiento económico media de aproximadamente 4% en los últimos años. Es importante que esta región contribuya a la economía mundial como centro de crecimiento abierto al mundo. Ya he incorporado la financiación de 10 mil millones de yenes (aproximadamente USS 100 millones) para nuestro presupuesto adicional como asistencia de emergencia a Asia. También será necesario fortalecer la cooperación regional para reforzar el potencial de crecimiento asiático y aumentar la demanda interna.
Por ejemplo, Japón ha estado participando activamente en proyectos a nivel sub-regional, como el desarrollo de la región del Mekong o el Corredor Industrial Delhi-Bombay, que incluye la construcción de ferrocarriles en India. Además, para la próxima Cumbre de Asia del Este, Japón analizará distintas medidas concretas junto con países asiáticos, como la utilización del Instituto de Investigación Económica para el ASEAN y Asia del Este (ERIA), entre otras. De más está decir que Japón apoyará a los países asiáticos movilizando fondos que van desde la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD), Otros Flujos Oficiales (OFO) hasta el capital privado. Con ese propósito, Japón está dispuesto a aportar a la AOD no menos de 1,5 billones de yenes en total (equivalentes a U$S 17.000 millones).
Entretanto, en Asia ha habido avances respecto al fortalecimiento de la Iniciativa Chiang Mai, de cooperación financiera regional. Además, en diciembre pasado, Japón fue sede de la Reunión Cumbre Trilateral Japón-China-República de Corea, que se llevó a cabo por primera vez independientemente de otras reuniones. Las economías de Japón, China y la República de Corea juntas, con un 15,9% del PBI global total, superan la cifra de Alemania, Francia y el Reino Unido juntos. Esta cumbre trilateral se llevará a cabo en forma regular, siendo directamente los líderes quienes impulsarán el fortalecimiento de la cooperación trilateral. Se trata de un primer paso histórico y estoy firmemente convencido de que una profundización de la cooperación regional de Asia como ésta también traerá aparejada, a su debido tiempo, la recuperación de la economía mundial.
África
Los países africanos están sufriendo severos efectos como consecuencia de la marcada caída en los precios de los recursos. Es importante que la comunidad internacional se ocupe de las cuestiones humanitarias mediante la asistencia al desarrollo y que adopte medidas para atraer más capital privado a África. El año pasado, Japón fue sede de la cuarta Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (TICAD IV) y anunció diversas iniciativas: duplicar la AOD destinada a África para 2012 y brindar apoyo para duplicar la inversión privada en África, entre otras. Japón cumplirá fielmente estos compromisos. En este mes de marzo, Japón organizará la Reunión Ministerial de Seguimiento de la TICAD, en la que buscaremos aunar las voces de África con la idea de presentar dichas voces ante la Segunda Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial en abril.
Medio Oriente
La estabilidad de Medio Oriente también es esencial para una prosperidad global sostenida.
Las medidas de seguridad y la asistencia para la reconstrucción son las ruedas de un mismo móvil que deben trabajar juntas para avanzar. Ambas son igualmente indispensables. Además de nuestras actividades de apoyo para el reabastecimiento de la Fuerza Marítima de Autodefensa en el Océano Índico, Japón destacará naves de la Fuerza de Autodefensa frente a Somalia como medida contra la piratería. Por otra parte, Japón tiene gran experiencia y conocimiento en lo que se refiere a mejorar la vida de las personas. Me gustaría presentarles dos ejemplos del trabajo de Japón en este campo.
En Afganistán, la asistencia de Japón ha obtenido logros notables; Japón llevó a término el desarme con éxito y la reintegración de unos 60 mil ex combatientes; suministró vacunas BCG y contra la polio para un total de 40 millones de personas; contribuyó a equipar 50 clínicas; construyó y restauró más de 500 escuelas; capacitó a más de 10 mil maestros; y brindó educación para la alfabetización a alrededor de 300 mil personas. Nuestro país continuará brindando ayuda inspirándose en los atributos especiales del Japón.
En la Franja de Gaza y los territorios palestinos, ha habido un alto número de víctimas civiles y la situación es tal que no puede ser ignorada desde una perspectiva humanitaria. Apenas estallaron las hostilidades, Japón emprendió una ayuda humanitaria de emergencia por 10 millones de dólares y, el 23 de enero, proporcionamos mantas y otros tipos de suministros. Además de la ayuda humanitaria, Japón ha estado promocionando la iniciativa del “Corredor para la Paz y la Prosperidad” como esfuerzo a más largo plazo, que incluye construir un parque agroindustrial en Jericó en la zona de Cisjordania, con Israel, la Autoridad Palestina y Jordania para mejorar y desarrollar la confianza entre ellos. En este momento los proyectos están avanzando. Mi sueño es ver el parque agrícola en Jericó verde y flamante, en pleno funcionamiento y exportando productos agrícolas en unos pocos años. Pongo así en práctica mi convicción de que la paz y la felicidad surgirán con la prosperidad económica.
La AOD de Japón
Para solucionar estos problemas que enfrenta la comunidad internacional, aumenté el volumen de nuestra AOD a partir del año pasado, a pesar de las severas condiciones fiscales y de que en los últimos años el volumen de nuestra AOD había ido disminuyendo. Mantendremos con firmeza ese rumbo en 2009 y esperamos incrementar el volumen de nuestra AOD aproximadamente en un 20% neto. He renovado mi decisión de responder a esta crisis de la cual se dice que sólo ocurre una vez en un siglo.
Señoras y señores,
La tercera de mis prescripciones: responder activamente al cambio climático
La experiencia de Japón
Acabo de presentar una visión del conjunto de mis planes para mejorar nuestra salud y nuestra fuerza económica. Sumado a todo lo antedicho, no debemos olvidar el cambio climático que constituye un desafío. Pero a su vez, resolverlo es también una oportunidad para crear nuevas industrias. En su carácter de líder número uno en eficiencia energética, Japón es un caso ejemplar. En los últimos 30 años, hemos duplicado nuestro PBI real sin aumentar el consumo de energía de nuestro sector industrial. Nuestro consumo de energía primaria por unidad de PBI se ubica en apenas la mitad de la media para los países de la OCDE y menos de un tercio de la media global. Transformar la crisis petrolera en una oportunidad ha sido parte integrante de la historia del Japón.
Iniciativas de los países desarrollados
El año pasado, como presidente de la Cumbre del G8, Japón demostró su liderazgo a la hora de definir un acuerdo para reducir las emisiones de gas con efecto invernadero por lo menos a la mitad para 2050. Este año es el año en que decidimos acciones concretas. Si todos los países no comparten la carga en forma equitativa de acuerdo con sus responsabilidades diferenciadas, el problema nunca se resolverá. Japón también realizará mayores esfuerzos para alcanzar reducciones en las emisiones. En este momento, estamos analizando nuestro objetivo a mediano plazo sobre la base de análisis científicos, considerando el medio ambiente, la economía y la energía de una manera integrada. Pienso anunciar el objetivo en junio. Este objetivo no debe ser una declaración sin fundamento; mi intención es que éste sea viable desde el punto de vista económico y que sirva como contribución para las medidas contra el calentamiento global en todo el planeta.
Respuestas a los países en desarrollo
Creo que los países en desarrollo pueden llevar a cabo directamente la transición a “sociedades con bajo consumo de carbono” manteniendo a la vez un crecimiento económico elevado. La clave es la introducción audaz de tecnologías avanzadas en cuanto a la conservación de la energía y las energías de bajo consumo de carbono. Existen varias de esas tecnologías y esos sistemas en el mundo. Para los países en desarrollo que tengan la intención de introducir esas tecnologías y esos sistemas, Japón también ofrecerá asistencia, incluso mediante apoyo financiero, sobre la base de la “Cool Earth Partnership” que pusimos en marcha el año pasado.
Señoras y señores,
Superar la crisis y avanzar hacia un mundo mejor
Debemos admitir que el año 2009 se inició en un clima muy sombrío. Sin embargo, debemos tener resiliencia, firmeza y optimismo para crear un mundo mejor, transformando este desafío en oportunidad.
¿Cómo es el “mundo mejor” que queremos?
En primer lugar, es un mundo donde todos y cada uno de los individuos, hombre o mujer, pueden desarrollar su potencial mediante sus esfuerzos.
Segundo, es un mundo que valora la diversidad, incluida la diversidad de razas, de etnias y de religiones.
Tercero, es un mundo con un resurgimiento de la racionalidad económica con un equilibrio entre competencia y regulación.
La prosperidad económica es justamente la base para un mundo mejor.
Se encuentran reunidos aquí en Davos numerosos grandes líderes que trabajan activamente en todo el espectro de áreas. Y en Estados Unidos acaba de entrar en escena un nuevo líder, el Presidente Obama. Es mi intención trabajar en colaboración con estos líderes para que este año sea el año de la reactivación económica mundial. El filósofo francés Alain dijo: “El pesimismo deriva de nuestras pasiones; el optimismo de la voluntad”. Desearía concluir mis palabras hoy reiterando mi fuerte convicción de que con una voluntad firme las dificultades pueden ser vencidas.
Discurso especial de S.E. el Sr. Taro Aso, Primer Ministro del Japón, en ocasión de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial“Mis prescripciones para reactivar la economía mundial”
Centro de Congresos, Davos, Suiza31 de enero, 2009
Profesor Schwab, Fundador y Presidente Ejecutivo,Señoras y Señores,
Introducción
La economía mundial enfrenta, en este momento, una crisis de las que suele decirse que ocurren una vez en un siglo. Desearía compartir hoy con ustedes mis ideas acerca de lo que el mundo debería hacer y el papel del Japón dentro de ese contexto.
Mi convicción
Tengo una fuerte convicción: la búsqueda de la prosperidad económica y la democracia llevará a la paz y la felicidad. (Paz y felicidad a través de la Prosperidad y la Democracia). Ése es el camino que Japón ha seguido desde la Segunda Guerra Mundial. La prosperidad económica da lugar a una nueva clase media, que luego desea una libertad aún mayor, democracia y paz. Muchos países de Asia también recorrieron ese camino. Lo que sobrevino luego fue un tremendo crecimiento económico y una expansión de la democracia, aun cuando el nivel de esta última difiera de un país a otro. Me enorgullezco de que, al apoyar los esfuerzos de los países asiáticos, Japón haya desempeñado un papel significativo en estos acontecimientos. Como consecuencia de estas experiencias exitosas, la política exterior del Japón pasó a tener como eje central la noción de que “la búsqueda de la prosperidad económica y la democracia conducirá a la paz y la felicidad”.
Hace dos años, cuando me desempeñaba como ministro de relaciones exteriores, elaboré el concepto de “Arco de Libertad y Prosperidad”. También este concepto ilustra la determinación que tiene Japón de respaldar las iniciativas de los países que aspiran a tener economías de mercado y democracia, y de recorrer el camino hacia la prosperidad junto a dichos países.
Señoras y señores,
La primera de mis prescripciones: Medidas para solucionar la crisis financiera
La prosperidad económica se ve acosada por problemas en todas partes del mundo. La crisis financiera actual ha puesto en evidencia que hay mucho por mejorar en los mercados financieros como mercados.
La Cumbre sobre los Mercados Financieras y la Economía Mundial se llevó a cabo en Washington DC, en noviembre último. Sobre la base de las experiencias de Japón, en esa oportunidad defendí la necesidad de una rápida eliminación de los créditos incobrables de las entidades financieras y también de inyecciones de capital utilizando fondos públicos. Además, anuncié que Japón estaba dispuesto a aportar un crédito equivalente a un mínimo de U$S 100.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), bajo la convicción de que es imperativo garantizar una liquidez centrada en el dólar estadounidense para los países medianos y pequeños así como para las economías emergentes. Me alegraría que las naciones y los países productores de petróleo con abundantes reservas en moneda extranjera se sumaran a estos esfuerzos. Aún hoy sigo convencido de esto.
La segunda de mis prescripciones: Realizar esfuerzos para fortalecer la salud y la fuerza de la economía mundial
Sin embargo, además de éstos que podríamos llamar “primeros auxilios de emergencia”, también es necesario mejorar la salud de la economía y aumentar su fuerza.
La reformulación de las reglas del mercado
En primer lugar, la reformulación de las reglas del mercado. Se trata, al mismo tiempo, de una iniciativa para restablecer la racionalidad económica con un equilibrio entre competencia y regulación. Hace ya cierto tiempo que estoy instando a introducir un sistema de supervisión para los mercados financieros, la regulación de las calificadoras de crédito y la clarificación de las normas de contabilidad “mark-to-market” (valuación por valor de mercado) que deben aplicarse en épocas de alta volatilidad en los mercados. En vísperas de la Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial que se celebrará en Londres en abril, es importante que haya una firme implementación del Plan de Acción convenido que incluya estos puntos.
Evitar un vuelco al proteccionismo
Al mismo tiempo, un requisito previo importante para superar la crisis es que el flujo del comercio y la inversión no se vea inhibido. También las empresas exportadoras del Japón se encuentran atrapadas en circunstancias económicas severas. Sin embargo, de conformidad con las lecciones de la Gran Depresión de 1929, combatiremos resueltamente cualquier tipo de proteccionismo. También actuaremos en cooperación con otros países para la rápida conclusión de las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Paliar el desequilibrio global y ampliar la demanda interna
A continuación, me gustaría referirme a cómo remediar el desequilibrio global. Nuestras economías reales han sufrido de manera considerable. Para volver a encauzar la economía en una trayectoria de crecimiento estable, uno de los imperativos es corregir el desequilibrio global que ha surgido debido al consumo excesivo en los Estados Unidos y a la demanda interna insuficiente en otros países, particularmente aquellos con superávits en sus balances globales. Los países deben abandonar su dependencia de la demanda externa. En el último año y medio, el yen es la moneda que más valor ha adquirido entre las mayores divisas. Cada país debe mejorar la demanda interna y alcanzar un crecimiento auto-sustentable, de acuerdo con sus circunstancias individuales. Estoy absolutamente seguro de que el restablecimiento de la vitalidad en la economía japonesa, la segunda del mundo, es el máximo deber de Japón.
Las contramedidas económicas de Japón
A tal fin, decidí poner en marcha un plan de estímulo económico en una escala de aproximadamente 75 billones de yenes (equivalentes a U$S 840 mil millones). Nuestras medidas fiscales por sí solas alcanzan alrededor de 12 billones de yenes (equivalentes a U$S 135 mil millones), correspondientes a un 2%, aproximadamente, del PBI del Japón. En situaciones en las que los fondos del sector privado no van a la inversión en equipamiento pese a que las tasas de interés están reducidas prácticamente a 0%, son necesarios estímulos fiscales del Estado. Esta es la lección que aprendimos de la crisis monetaria asiática en los años ’90. Circunstancias económicas aberrantes requieren respuestas excepcionales. Esa es la experiencia del Japón de la década de 1990.
La economía asiática
Asia tiene un potencial mayor que cualquier otra región del mundo, con alrededor del 40% de la población mundial y una tasa de crecimiento económico media de aproximadamente 4% en los últimos años. Es importante que esta región contribuya a la economía mundial como centro de crecimiento abierto al mundo. Ya he incorporado la financiación de 10 mil millones de yenes (aproximadamente USS 100 millones) para nuestro presupuesto adicional como asistencia de emergencia a Asia. También será necesario fortalecer la cooperación regional para reforzar el potencial de crecimiento asiático y aumentar la demanda interna.
Por ejemplo, Japón ha estado participando activamente en proyectos a nivel sub-regional, como el desarrollo de la región del Mekong o el Corredor Industrial Delhi-Bombay, que incluye la construcción de ferrocarriles en India. Además, para la próxima Cumbre de Asia del Este, Japón analizará distintas medidas concretas junto con países asiáticos, como la utilización del Instituto de Investigación Económica para el ASEAN y Asia del Este (ERIA), entre otras. De más está decir que Japón apoyará a los países asiáticos movilizando fondos que van desde la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD), Otros Flujos Oficiales (OFO) hasta el capital privado. Con ese propósito, Japón está dispuesto a aportar a la AOD no menos de 1,5 billones de yenes en total (equivalentes a U$S 17.000 millones).
Entretanto, en Asia ha habido avances respecto al fortalecimiento de la Iniciativa Chiang Mai, de cooperación financiera regional. Además, en diciembre pasado, Japón fue sede de la Reunión Cumbre Trilateral Japón-China-República de Corea, que se llevó a cabo por primera vez independientemente de otras reuniones. Las economías de Japón, China y la República de Corea juntas, con un 15,9% del PBI global total, superan la cifra de Alemania, Francia y el Reino Unido juntos. Esta cumbre trilateral se llevará a cabo en forma regular, siendo directamente los líderes quienes impulsarán el fortalecimiento de la cooperación trilateral. Se trata de un primer paso histórico y estoy firmemente convencido de que una profundización de la cooperación regional de Asia como ésta también traerá aparejada, a su debido tiempo, la recuperación de la economía mundial.
África
Los países africanos están sufriendo severos efectos como consecuencia de la marcada caída en los precios de los recursos. Es importante que la comunidad internacional se ocupe de las cuestiones humanitarias mediante la asistencia al desarrollo y que adopte medidas para atraer más capital privado a África. El año pasado, Japón fue sede de la cuarta Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (TICAD IV) y anunció diversas iniciativas: duplicar la AOD destinada a África para 2012 y brindar apoyo para duplicar la inversión privada en África, entre otras. Japón cumplirá fielmente estos compromisos. En este mes de marzo, Japón organizará la Reunión Ministerial de Seguimiento de la TICAD, en la que buscaremos aunar las voces de África con la idea de presentar dichas voces ante la Segunda Cumbre sobre los Mercados Financieros y la Economía Mundial en abril.
Medio Oriente
La estabilidad de Medio Oriente también es esencial para una prosperidad global sostenida.
Las medidas de seguridad y la asistencia para la reconstrucción son las ruedas de un mismo móvil que deben trabajar juntas para avanzar. Ambas son igualmente indispensables. Además de nuestras actividades de apoyo para el reabastecimiento de la Fuerza Marítima de Autodefensa en el Océano Índico, Japón destacará naves de la Fuerza de Autodefensa frente a Somalia como medida contra la piratería. Por otra parte, Japón tiene gran experiencia y conocimiento en lo que se refiere a mejorar la vida de las personas. Me gustaría presentarles dos ejemplos del trabajo de Japón en este campo.
En Afganistán, la asistencia de Japón ha obtenido logros notables; Japón llevó a término el desarme con éxito y la reintegración de unos 60 mil ex combatientes; suministró vacunas BCG y contra la polio para un total de 40 millones de personas; contribuyó a equipar 50 clínicas; construyó y restauró más de 500 escuelas; capacitó a más de 10 mil maestros; y brindó educación para la alfabetización a alrededor de 300 mil personas. Nuestro país continuará brindando ayuda inspirándose en los atributos especiales del Japón.
En la Franja de Gaza y los territorios palestinos, ha habido un alto número de víctimas civiles y la situación es tal que no puede ser ignorada desde una perspectiva humanitaria. Apenas estallaron las hostilidades, Japón emprendió una ayuda humanitaria de emergencia por 10 millones de dólares y, el 23 de enero, proporcionamos mantas y otros tipos de suministros. Además de la ayuda humanitaria, Japón ha estado promocionando la iniciativa del “Corredor para la Paz y la Prosperidad” como esfuerzo a más largo plazo, que incluye construir un parque agroindustrial en Jericó en la zona de Cisjordania, con Israel, la Autoridad Palestina y Jordania para mejorar y desarrollar la confianza entre ellos. En este momento los proyectos están avanzando. Mi sueño es ver el parque agrícola en Jericó verde y flamante, en pleno funcionamiento y exportando productos agrícolas en unos pocos años. Pongo así en práctica mi convicción de que la paz y la felicidad surgirán con la prosperidad económica.
La AOD de Japón
Para solucionar estos problemas que enfrenta la comunidad internacional, aumenté el volumen de nuestra AOD a partir del año pasado, a pesar de las severas condiciones fiscales y de que en los últimos años el volumen de nuestra AOD había ido disminuyendo. Mantendremos con firmeza ese rumbo en 2009 y esperamos incrementar el volumen de nuestra AOD aproximadamente en un 20% neto. He renovado mi decisión de responder a esta crisis de la cual se dice que sólo ocurre una vez en un siglo.
Señoras y señores,
La tercera de mis prescripciones: responder activamente al cambio climático
La experiencia de Japón
Acabo de presentar una visión del conjunto de mis planes para mejorar nuestra salud y nuestra fuerza económica. Sumado a todo lo antedicho, no debemos olvidar el cambio climático que constituye un desafío. Pero a su vez, resolverlo es también una oportunidad para crear nuevas industrias. En su carácter de líder número uno en eficiencia energética, Japón es un caso ejemplar. En los últimos 30 años, hemos duplicado nuestro PBI real sin aumentar el consumo de energía de nuestro sector industrial. Nuestro consumo de energía primaria por unidad de PBI se ubica en apenas la mitad de la media para los países de la OCDE y menos de un tercio de la media global. Transformar la crisis petrolera en una oportunidad ha sido parte integrante de la historia del Japón.
Iniciativas de los países desarrollados
El año pasado, como presidente de la Cumbre del G8, Japón demostró su liderazgo a la hora de definir un acuerdo para reducir las emisiones de gas con efecto invernadero por lo menos a la mitad para 2050. Este año es el año en que decidimos acciones concretas. Si todos los países no comparten la carga en forma equitativa de acuerdo con sus responsabilidades diferenciadas, el problema nunca se resolverá. Japón también realizará mayores esfuerzos para alcanzar reducciones en las emisiones. En este momento, estamos analizando nuestro objetivo a mediano plazo sobre la base de análisis científicos, considerando el medio ambiente, la economía y la energía de una manera integrada. Pienso anunciar el objetivo en junio. Este objetivo no debe ser una declaración sin fundamento; mi intención es que éste sea viable desde el punto de vista económico y que sirva como contribución para las medidas contra el calentamiento global en todo el planeta.
Respuestas a los países en desarrollo
Creo que los países en desarrollo pueden llevar a cabo directamente la transición a “sociedades con bajo consumo de carbono” manteniendo a la vez un crecimiento económico elevado. La clave es la introducción audaz de tecnologías avanzadas en cuanto a la conservación de la energía y las energías de bajo consumo de carbono. Existen varias de esas tecnologías y esos sistemas en el mundo. Para los países en desarrollo que tengan la intención de introducir esas tecnologías y esos sistemas, Japón también ofrecerá asistencia, incluso mediante apoyo financiero, sobre la base de la “Cool Earth Partnership” que pusimos en marcha el año pasado.
Señoras y señores,
Superar la crisis y avanzar hacia un mundo mejor
Debemos admitir que el año 2009 se inició en un clima muy sombrío. Sin embargo, debemos tener resiliencia, firmeza y optimismo para crear un mundo mejor, transformando este desafío en oportunidad.
¿Cómo es el “mundo mejor” que queremos?
En primer lugar, es un mundo donde todos y cada uno de los individuos, hombre o mujer, pueden desarrollar su potencial mediante sus esfuerzos.
Segundo, es un mundo que valora la diversidad, incluida la diversidad de razas, de etnias y de religiones.
Tercero, es un mundo con un resurgimiento de la racionalidad económica con un equilibrio entre competencia y regulación.
La prosperidad económica es justamente la base para un mundo mejor.
Se encuentran reunidos aquí en Davos numerosos grandes líderes que trabajan activamente en todo el espectro de áreas. Y en Estados Unidos acaba de entrar en escena un nuevo líder, el Presidente Obama. Es mi intención trabajar en colaboración con estos líderes para que este año sea el año de la reactivación económica mundial. El filósofo francés Alain dijo: “El pesimismo deriva de nuestras pasiones; el optimismo de la voluntad”. Desearía concluir mis palabras hoy reiterando mi fuerte convicción de que con una voluntad firme las dificultades pueden ser vencidas.
La Fuente : http://www.ar.emb-japan.go.jp/ ( Embajada de Japón en la Argentina )